Falowiec: El Edificio de las Olas de Gdańsk
A finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, se construyeron en la ciudad polaca de Gdańsk una serie de bloques de apartamentos de formas peculiares. Se les llamó colectivamente «Falowiec», de la palabra polaca «fala», que significa «ola», y cuya forma plural es «falowce». Estos edificios se ganaron el nombre de Falowiec debido a su característico patrón ondulado al alternarse entre los bloques.
Hay ocho edificios de este tipo en Gdańsk, y el más famoso se encuentra en el bloque Przymorze. Tiene 11 plantas, 16 escaleras, 1.792 apartamentos en los que viven casi seis mil inquilinos. Es como una pequeña ciudad.
Las dimensiones del edificio -32 metros de alto, 13 metros de ancho y 860 metros de largo- lo sitúan entre los principales gigantes residenciales. El edificio se extiende como un enorme tren con tres paradas de autobús a lo largo de su longitud, y cuatro direcciones. El edificio es tan grande que afecta al movimiento del aire, creando un microclima a su alrededor. En el norte hace más frío, y la nieve y las heladas duran más. En el sur, la temperatura media es ligeramente más alta, y cuando hace calor, la hierba y los árboles se secan más deprisa.
Los Falowiec se construyeron durante un periodo en el que había una grave escasez de viviendas. Los edificios debían ser una solución temporal. Sin embargo, se incrustaron en el paisaje costero durante muchos años.
Los bloques se diseñaron y levantaron siguiendo un esquema similar. A la mayoría de los apartamentos se accede desde galerías abiertas que discurren a lo largo de la pared norte. Al principio, era posible caminar de un extremo a otro del edificio. Pero luego, los inquilinos levantaron muros que separaban los apartamentos individuales entre sí. Los bloques tienen balcones en el lado sur.
La forma de los edificios se asemeja a una ola de mar. De ahí su nombre. El vicepresidente Wojtkowiak aún recuerda cuándo se construyó la mayoría de las casas ola, en la calle Obrońców Wybrzeża. – Se hizo por etapas. Cuando los residentes se mudaron al primer segmento, los siguientes aún se estaban terminando, recuerda.
Los alrededores del gigante parecieron durante mucho tiempo una obra en construcción. Había montones de arena alrededor, losas de hormigón tiradas, sólo se podía soñar con césped o incluso con una acera. Pero para la mayoría de la gente, su propio apartamento era todo un ennoblecimiento. Sobre todo vivir en un lugar como éste. Desde los pisos superiores del bloque se ve el mar, y con buen tiempo incluso la península de Hel.
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