Puente Kinzua: Una vez el más largo puente de ferrocarril del mundo, destruido por un tornado
Cuando fue construido el Puente Kinzua en el año 1882 los constructores del Puente Acueducto Kinzua se jactaban de que era la Octava Maravilla del Mundo. Su hipérbole tenía cierto mérito: con poco más de 300 pies fue el puente ferroviario más alto del planeta y se mantuvo así durante varios años. Luego, en 2003, a Pennsylvania llegó un tornado…
En ocasiones hay espectáculo en las ruinas, y eso se podría pensar de los restos del puente. Uno sólo puede maravillarse ante el poder del tornado que hizo un daño inmenso al bosque circundante y efectivamente hizo caer 11 de las 20 torres del puente. Lo que destruyó algo que se había resistido durante tanto tiempo fue un sistema convectivo de mesoescala (SCM), que no es una sola tormenta sino un conjunto de ellas. Una SCM (MCS en inglés) a menudo conduce a la formación de tornados. Cuando uno aterrizó a menos de una milla de distancia del Puente Kinzua, se selló su destino.
Sin embargo, esto no era un puente de madera frágil. Aunque en un principio toda la estructura se fabricó de madera, en 1900 el Kinzua Bridge había sido derribado y reconstruido al mismo tiempo, la madera se sustituyó por acero. Los trenes habían tronado sobre sus 2.052 pies varias veces al día hasta que se cerró a los trenes comerciales en 1959. A pesar de que la estructura seguía siendo excepcionalmente fuerte, cuando el tornado llegó fue todo muy rápido. El tornado tardó apenas treinta segundos en destruir un puente que se había mantenido en pie durante más de un siglo.
Este era el puente antes de que el tornado lo golpease.
No hubo poca ironía aquí. A pesar de que no había sido utilizado comercialmente por los trenes desde 1959 (trenes turísticos corrían sobre él desde 1987 hasta que el puente fue cerrado en 2002) fue en gran medida el motivo central por el cual recibió el nombre el parque estatal. El cierre de 2002 estaba proyectado únicamente para que fuese un breve descanso en su uso. Los fondos se habían recaudado y el proceso de restauración del puente había comenzado. Sólo un año más tarde los elementos conspiraron contra el puente y su cierre se convirtió en algo más permanente.
Los ingenieros eran muy conscientes del riesgo de derrumbe y era por eso que el puente había sido cerrado y no solo a los trenes, también a los peatones que podrían querer cruzarlo. Se pensaba que si los vientos eran lo suficientemente altos, entonces el centro de gravedad del Puente Kinzua podría cambiar. Si esto ocurriera, entonces el peso del puente se colocaría en un lado y lo inevitable ocurriría.
Para el 21 de julio de 2003, el trabajo ya había comenzado para solucionar este problema. Un equipo de Ohio expertamente entrenado tanto en la construcción como en la reparación de puentes había estado trabajando todos los días durante varios meses en la restauración del puente. El tiempo había sido inclemente todo el día, pero para cuando llegó la tormenta, las tareas del día estaban hechas y los trabajadores ya se dirigían a su casa, sin duda con ganas de continuar su trabajo de restauración al día siguiente. Lo que no sabían es que habría trabajos que nunca verían su finalización.
No existe ningún vídeo del colapso del puente, pero la forma en que cayeron las torres ha permitido a los ingenieros darnos una imagen de lo que sucedió en esos pocos segundos. Sin embargo, te llevará más tiempo leer cómo el puente fue destruido de lo que tardó el tornado en hacer el daño. Al tocar tierra los vientos rugían a casi 100 millas por hora y se acercón al puente perpendicularmente. Las torres 10 y 11 fueron las primeros afectadas, cayendo hacia el oeste. Luego, girando en sentido de las agujas del reloj, se derrumbaron de las torres 4 a la 9, cayendo hacia el suelo, la estructura de acero chirriaba mientras se retorcía.
Hubo un colapso ignominioso final. Las torres 12, 13 y 14 tenían, como la 10 y 11 cayeron, levantados sus cimientos y se movían ligeramente. En un segundo cayeron de golpe de regreso a la tierra, todavía erguidas. Aunque, increíblemente, únicamente las vías del ferrocarril todavía las mantenían unidas. Inexorablemente, en espiral hacia abajo en sentido horario, cayeron a la tierra. Once torres habían desaparecido en treinta segundos.
Uno sólo puede imaginar la pesadumbre experimentada por los restauradores al ver el daño a la mañana siguiente. Lo que habían estado luchando para evitar había llegado a pasar, y sólo un poco menos de la mitad del puente se mantuvo de pie.
Sin embargo, no todo se perdió. El puente, desde el tornado, se ha convertido en una atracción, no a pesar de, sino a causa de su estado semi-hundido. Los visitantes pueden caminar a través de lo que queda del puente a una plataforma de observación con piso de vidrio desde donde se pueden mirar los restos inferiores. El Puente Kinzua ahora sirve como un ejemplo de cómo la corrosión y los elementos pueden hacer caer incluso a la estructura de acero más poderosa con el tiempo y un tornado bien posicionado.
Más imágenes del Puente Kinzua
Para ver más imágenes recuerda echar un ojo a este enlace de Flickr porque hay unas cuantas que merece la pena ver.
Vídeos del Puente Kinzua
¿Irías de visita? 🙂
Suscríbete a la web por correo electrónico
¡Si no te quieres perder nuestras actualizaciones deja que te avisemos por correo electrónico! Introduce tu correo electrónico para suscribirte a este blog y recibir avisos de nuevas entradas.