Un par de cabezas de bebé gigantes reciben a los pasajeros en la estación de Atocha, en España.
Justo en las afueras de la estación de Atocha (un centro de transporte también conocido por su jardín tropical), un par de cabezas de bebé gigantes y realistas saludan a los pasajeros. Hechas de bronce, miden 3 metros (o casi 10 pies) de altura y pesan más de 2 toneladas cada una. Aunque puedan parecer un poco espeluznantes, la historia detrás de estas esculturas es dulce.
El artista francés Patrick Commecy y su equipo de muralistas transforman las fachadas sosas y aburridas por toda Francia en escenas vibrantes llenas de vida. Su pintura hiperrealista de ventanas, balcones y tejas se parecen mucho a sus homólogos en la vida real. Colgando de los balcones y espacio al aire libre, Commecy incorpora a menudo figuras de personajes famosos e influyentes de la historia de la ciudad en la que está el mural.
El fotógrafo canadiense Christopher Herwig viajó a lo largo y ancho de la antigua Unión Soviética para documentar un fenómeno curioso con el que había tropezado hace más de una década, mientras hacía un viaje en bicicleta a través de Europa – las paradas de autobús. Estos pequeños refugios extraños están llenos de estilos arquitectónicos que no se parecen a nada que hayas visto antes en ningún otro lugar. Hay pirámides y arcos, cúpulas y bóvedas y otras estructuras inverosímiles.
Escondido en una anodina calle, lejos del ajetreo turístico y las prisas que normalmente invaden Praga, el Muro de Lennon quita el aliento. Cada centímetro de la pared se ha llenado con graffitis inspirados en Lennon y letras de canciones de los Beatles. Es un espacio tranquilo, prácticamente respetuoso donde los visitantes caminan a lo largo de la pared bellamente pintada.