Las figuras cada vez más deterioradas son un poderoso recordatorio de los costos humanos del comunismo checo.
De 1948 a 1989, el país antes conocido como Checoslovaquia estuvo gobernado por un régimen comunista que generó una persecución política generalizada contra los ciudadanos del país. Las víctimas de esta época tumultuosa son recordadas por el Monumento a las Víctimas del Comunismo.
Millones de personas que caminan por las hermosas calles empedradas de la capital checa, Praga, desconocen que pisan viejas lápidas saqueadas de cementerios judíos olvidados. Parecen adoquines normales e indistinguibles del resto, porque el lado liso y pulido del bloque de granito, el que lleva la inscripción, siempre está boca abajo.
Escondido en una anodina calle, lejos del ajetreo turístico y las prisas que normalmente invaden Praga, el Muro de Lennon quita el aliento. Cada centímetro de la pared se ha llenado con graffitis inspirados en Lennon y letras de canciones de los Beatles. Es un espacio tranquilo, prácticamente respetuoso donde los visitantes caminan a lo largo de la pared bellamente pintada.
Dentro de la bella Praga, capital de la República Checa, puedes encontrar multitud de lugares que visitar, pero quizás haya uno que destaque sobre el resto por su peculiaridad, o por lo menos es uno que a mi me llama soberanamente la atención. Como recién sacado de la película Alicia en el País de las Maravillas nos encontramos el Reloj Astronómico de Praga, o Staroměstský orloj como se le denomina en checo, quizás el más famoso de los relojes astronómicos (al menos en Europa).