La belleza de las paradas de autobús soviéticas

 

La extraña belleza de las paradas de autobús soviéticas

El fotógrafo canadiense Christopher Herwig viajó a lo largo y ancho de la antigua Unión Soviética para documentar un fenómeno curioso con el que había tropezado hace más de una década, mientras hacía un viaje en bicicleta a través de Europa – las paradas de autobús. Estos pequeños refugios extraños están llenos de estilos arquitectónicos que no se parecen a nada que hayas visto antes en ningún otro lugar. Hay pirámides y arcos, cúpulas y bóvedas y otras estructuras inverosímiles.

La extraña belleza de las paradas de autobús soviéticas

La notable diversidad y creatividad que se muestra en estas paradas de autobús es aún más extraña si tenemos en cuenta el hecho de que pertenecen a un régimen que se suele asociar con la arquitectura brutalista. Y esta es exactamente la razón por la cual no encontrarás tan elaboradas paradas de autobús en ningún otro lugar fuera de la Unión Soviética. Estos pabellones en las laderas de la carretera eran las preciosas oportunidades para artistas y arquitectos de expresarse y liberarse de la monotonía en la arquitectura local.

La parada de autobús era uno de los pocos tipos de edificios que tenían un cierto grado de autonomía con respecto a la máquina de la planificación centralizada. De hecho, fue una estipulación del gobierno que deberían ser hermosas y reflejar la estética local. Esto permitió a los arquitectos sacar su creatividad.

La extraña belleza de las paradas de autobús soviéticas

El escultor y arquitecto georgiano Zurab Tsereteli, quien diseñó algunas de las estructuras más elaboradas alrededor de Pitsunda en el Mar Negro, recuerda: «Sugerí que estas paradas de autobús no debían ser únicamente un armazón, cristal y asientos. La gente debía obtener placer de ellas. Decidimos que debería ser un trozo de arte monumental en el espacio», dijo a The Guardian. Zurab Tsereteli es ahora un célebre artista con sede en Moscú y presidente de la Academia Rusa de las Artes.

A Christopher Herwig le llevó doce años fotografiar cientos de paradas de autobús lo que le llevó a viajar a 13 países (Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán, Ucrania, Moldavia, Armenia, Abjasia, Georgia, Lituania, Letonia y Estonia) y cubrió más de 30.000 km en coche, bicicleta, autobús y taxi. Estas fotografías han sido reunidas en una edición limitada, en un libro fotográfico de tapa dura, con un prólogo del escritor, crítico y presentador de televisión Jonathan Meades. Ha sido lanzado en septiembre de 2015.

Sin duda son algo peculiar, ¿no crees? 🙂

Si estás interesado dejo por aquí un enlace para conseguir el libro donde puedes ver estas fotos.

Fuentes: herwigphotoamusingplanettheguardian



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