Mina De Sal De Wieliczka

La Mina De Sal De Wieliczka

Enterrado bajo el suelo de Polonia puedes encontrar algo extraordinario pero poco conocido fuera de la Europa del Este. Durante siglos, los mineros han extraído sal de ahí, pero han dejado detrás cosas bastante sorprendentes y únicas. Echa un vistazo a la mina de sal de Wieliczka, la mina de sal más inusual en el mundo.

Desde el exterior, la mina de sal no parece nada del otro mundo. Se ve muy bien conservada para ser un lugar del que no se ha sacado nada de sal durante más de diez años, pero aparte de eso, se ve normal. Sin embargo, a más de doscientos metros de profundidad podemos encontrar un secreto sorprendente. Se trata de la mina de sal la cual se convirtió en una galería de arte, catedral y lago subterráneo.

Situada en la zona de Cracovia, Wieliczka es un pequeño pueblo de cerca de veinte mil habitantes. Fue fundada en el siglo XII por un duque local para explotar los ricos depósitos de sal que se encontraban debajo. Hasta 1996 eso fue lo ocurrió, pero las generaciones de mineros hicieron algo más que extraer. Dejaron tras de sí un registro impresionante de su tiempo bajo tierra en forma de estatuas de personajes míticos, históricos y religiosos. Incluso crearon sus propias capillas en las cuales orar. Tal vez su más sorprendente legado es la enorme catedral subterránea que dejaron para la posteridad.

Dentro de la mina de sal de Wieliczka puedes sentir como si estuvieras en medio de una aventura de Julio Verne a medida que desciendes a las profundidades del mundo. Después de ciento cincuenta metros por unas escaleras de madera descendentes el visitante de la mina de sal verá algunos lugares increíbles. Sin duda, lo más impresionante en términos de tamaño y audacia es la capilla de Santa Kinga. El pueblo polaco durante muchos siglos ha sido católico devoto y esto era algo más que una afición a largo plazo para aliviar el aburrimiento de estar bajo tierra. Este fue un acto de adoración.

Sorprendentemente, incluso los candelabros en la catedral de sal están hechos de sal. Sin embargo, no eran simplemente tallados desde el suelo y luego puestos juntos, el proceso para la iluminación es bastante más laborioso. Después de la extracción, la sal de roca era primero disuelta. A continuación, se reconstituía con las impurezas extraídas consiguiendo así un acabado similar al vidrio. La sal de roca se produce de forma natural en diferentes tonos de gris (algo parecido a lo que podrías esperar en que se parezca el granito).

Eso no impide que bastante más de un millón de visitantes (principalmente de Polonia y sus vecinos del este de Europa) visiten la mina de sal de Wieliczka para ver, entre otras cosas, cómo la sal se extraía en el pasado.

Por razones de seguridad menos del uno por ciento de la mina (en total son unos 300km de mina) está abierta a los visitantes, pero incluso tal cantidad es de casi cuatro kilómetros de largo – más que suficiente para cansar al turista medio después de una hora o dos. La mina fue cerrada por dos razones – el precio bajo de la sal en el mercado mundial hizo demasiado caro extraerla de aquí. Además, la mina fue inundándose poco a poco – otra de las razones por la cual los visitantes se limitan sólo a ciertas áreas.

Las esculturas religiosas son, en realidad, lo que atrae a muchos a la mina de sal de Wieliczka – tanto por su increíble verosimilitud como por su estética cristiana. Lo anterior muestra la aparición de Jesús a los apóstoles después de la crucifixión. Muestra al que duda, Santo Tomás, las heridas en sus muñecas.

Otra escultura notable, esta vez una instantánea de La Última Cena. El trabajo y la paciencia que se debió emplear en la creación de estas esculturas es extraordinaria. Uno se pregunta… ¿qué hubieran pensado los mineros al ver su trabajo expuesto al público? De hecho, llegaron a ser muy utilizadas para ello incluso durante el período más activo de la mina en el siglo XIX. La flor y nata de los pensadores de Europa visitó el lugar – aún se pueden ver muchos de sus nombres en los antiguos libros de visita expuestos.

Estos relieves están, quizás, entre algunas de las obras más iconográficas del arte popular cristiano en el mundo y realmente merecen ser mostrados. A demás es una pequeña sorpresa enterarse que la mina fue colocada en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1978.

No todo el trabajo está basado en el relieve. Hay muchas estatuas de tamaño natural que deben haber llevado una cantidad considerable de tiempo – meses, tal vez años – crearse. Dentro de los límites de la mina también hay mucho que aprender acerca de los mineros de la maquinaria y de las herramientas que utilizaban – muchas de las cuales están en exhibición y tienen siglos de antigüedad.

Una inundación catastrófica en 1992 dio el último golpe a la extracción de la sal comercial en la zona y ahora la mina funciona puramente como una atracción turística. Sin embargo, la salmuera todavía se extrae de la mina – y después es evaporada para producir un poco de sal, pero difícilmente a la antigua escala. Si esto no se hiciese, entonces las minas se inundarían nuevamente pronto.

No todas las estatuas tienen un imaginario religioso o simbólico unido a ellas. ¡Los mineros tenían sentido del humor después de todo! Aquí se puede ver su propio punto de vista sobre la historia de Blancanieves y los siete enanitos. Los enanos tallados les deben haber parecido a algunos de los mineros una especie de representación irónica de su propio trabajo.

¡Los mineros de la mina de sal de Wieliczka incluso nos dieron un dragón por si acaso! Ciertamente, podrían haber silbado mientras lo hacían, pero las condiciones en la mina de sal estaban lejos de ser cómodas y las horas eran largas – el hecho de que fuese subterránea difícilmente habría añadido algo de emoción al ir a trabajar cada mañana.

Para rematar, hay incluso un lago subterráneo, iluminado por luz tenue y velas. Aquí es quizás donde las viejas leyendas de los lagos al inframundo y la imaginería católica de los santos trabajan juntos para dejar la mejor impresión duradera de la mina. Qué diferentes habrían sido unos minutos de reflexión aquí comparados con el el ruido y el sudor del trabajo diario en la mina.

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