El Castillo Trosky
Si viajas a lo profundo de la República Checa, a unos 10 kilómetros al sur de Semily destaca a lo lejos algo que a primera vista perfectamente podría ser una construcción salida de una novela de Tolkien por su inusual forma, tamaño y estructura. Construido en dos afloramientos de basalto (o cuellos volcánicos), el Castillo Trosky, es uno de los más extraños castillos de Europa.
El Castillo Trosky (o Hrad Trosky en el idioma checo) fluye por los dos imponentes afloramientos. Ellos dominan el paisaje, contrariamente plano, de alrededor, a pesar de que el mayor de los dos está a solo 57 metros de altura y el más pequeño a diez metros menos.
Con su apariencia tan peculiar están allí por una razón. Las estructuras en la parte superior tienen nombre. La que está en el pico más grande se conoce como la Virgen (o Panna) mientras que la otra es conocida localmente como la Vieja (o Baba). Velan por los alrededores benignamente, por el momento el país está en paz, pero incluso en tiempos de mayor tensión seguía conociéndose como el paraíso checo).
A finales del siglo XIV, la guerras de Bohemia eran atroces: eran el primer conflicto en Europa, donde se utilizó la pólvora ampliamente.
Fuera de este conflicto, que vio muchas atrocidades, un comandante moderado, Čeněk de Wartenberg, surgió. Fue él quien ordenó la construcción del castillo de Trosky – para servir principalmente como torres de vigilancia y para proteger a las comunidades locales.
Así fue como se construyeron las dos torres, una encima de cada uno de los cuellos volcánicos. Aunque la Guerra de Bohemia) concluyó finalmente las torres permanecieron durante siglos, con dependencias y edificios construidos entre las dos y tres anillos de fortificaciones alrededor de todo.
El castillo llegó a manos de Wenceslao IV (no el bueno que cantan los villancicos) después de la muerte de Čeněk y de allí a manos de la dinastía Bergov. Uno de estos, Bergov, se dijo que arrasó un monasterio local y escondió sus tesoros en el sótano del castillo, que bloqueó con una enorme roca.
Se dice que el tesoro sigue escondido en algún lugar en las profundidades de los cimientos del castillo. Muchos turistas suben las escaleras pero hay que decir que también muchos se contentan únicamente con ver el castillo desde la seguridad del suelo.
El castillo pasó por las manos de varias familias prominentes, pero su importancia como centro de autoridad y protección se disipó a principios del siglo XVI. En 1648 el castillo fue reducido a cenizas por el Ejército Imperial durante la Guerra de los Treinta Años – un conflicto efectivamente entre el catolicismo y el protestantismo, y uno de los conflictos más ruinosos que el continente europeo ha visto nunca.
Así que el castillo fue dejado convertirse en polvo hasta el siglo XIX – la edad de los románticos – cuando se intentó alguna restauración, pero nunca se terminó.
Hoy en día es cuidado por el Instituto Checo para el Cuidado de los Monumentos Históricos – y sigue siendo una de las ruinas de castillo más atractivas de Europa.
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Fuente: kuriositas
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