A finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, se construyeron en la ciudad polaca de Gdańsk una serie de bloques de apartamentos de formas peculiares. Se les llamó colectivamente «Falowiec», de la palabra polaca «fala», que significa «ola», y cuya forma plural es «falowce». Estos edificios se ganaron el nombre de Falowiec debido a su característico patrón ondulado al alternarse entre los bloques.
Algunos radiotransmisores se construyen a gran altura para llegar a audiencias muy lejanas. De hecho, nueve de cada diez estructuras de más de 500 metros de altura son radiotransmisores. El Mástil de Radio Varsovia, en Konstantynów (Polonia), era el más alto de todos ellos, con sus impresionantes 646,38 metros. Esto la habría convertido en la tercera estructura más alta del mundo, tras la torre Burj Khalifa de los Emiratos Árabes Unidos y la torre Merdeka 118 de Malasia, si no se hubiera derrumbado en 1991.
La ciudad de Wroclaw es famosa por su encantadora plaza del mercado, sus impresionantes casas antiguas y sus majestuosas iglesias. Pero al acecho, cerca del suelo, en las aceras y a la vuelta de las esquinas, hay un tipo de atracción totalmente diferente que exige la misma atención que se presta a los monumentos más altos de la ciudad.
Enterrado bajo el suelo de Polonia puedes encontrar algo extraordinario pero poco conocido fuera de la Europa del Este. Durante siglos, los mineros han extraído sal de ahí, pero han dejado detrás cosas bastante sorprendentes y únicas. Echa un vistazo a la mina de sal de Wieliczka, la mina de sal más inusual en el mundo.