Skellig Michael, un misterioso Monasterio en el Atlántico

 

Skellig Michael

A nueve kilómetros de la costa del condado de Kerry, en el oeste de Irlanda, hay dos pequeñas islas rocosas asomándose al océano Atlántico. La mayor de las dos, Skellig Michael, es el hogar de algo extraordinario – un monasterio de 1.400 años de edad que únicamente un puñado de personas tienen la oportunidad de ver cada año. Es un lugar increíble para ver en tus viajes por Europa.

Mientras te acercas a la isla no parece haber nada destacable, pero una inspección más cercana revela unos caminos zigzagueantes hechos por el hombre. ¿Quién podría haber querido vivir aquí – y cuándo?

Se cree que el monasterio de Skellig Michael fue fundado en algún momento del siglo VII y la vida monacal se mantuvo allí por más de 600 años. El motivo por el cual fue abandonado se pierde en las arenas del tiempo, pero debido a la dificultad del acceso a la isla, lo que los monjes dejaron ha permanecido, a través de los siglos, sorprendentemente intacto.

El nombre de la isla es tomado de la lengua irlandesa y significa Roca de Miguel (o Roca de San Miguel). También hay algo de roca subiendo a 230 metros, a su cumbre. En la cima, el Monasterio Gaélica ha llegado a ser bien conocido en todo el mundo, pero muy pocos hacen el viaje para visitar el lugar – no muchos están autorizados. Este hecho ha provocado junto a su lejanía un desaliento en los turistas haciendo que el monasterio esté, para su edad, maravillosamente conservado.

Es fácil imaginar a los primeros monjes irlandeses cristianos llevando su extraordinariamente espartano día a día aquí. Sus chozas, en forma de colmenas y llamadas clochans, indican la desnudez de la vida en la roca. Estos monjes habrían restado importancia a todas sus posesiones terrenales antes de venir a vivir aquí. Aunque por definición no es una ermita, seguramente debe haber sido una existencia solitaria para los monjes, a pesar de la fe que les motivó su decisión de mudarse allí.

El monasterio en sí estaba hecho en terrazas – una necesidad debido a los lados escarpados de la roca. Tres tramos de escaleras (quizás reflejando la Santísima Trinidad) conducen al Valle de Cristo, que es la pequeña depresión entre los picos de Skellig Michael a 130 metros. El visitante no se siente decepcionado cuando es saludado por la visión de los seis clochans intactos.

Tampoco están decepcionados con la vista de los dos oratorios, las tumbas y la cruz monolítica que se han descubierto allí. También hay una adición más reciente – una iglesia que fue construida en una fecha tan tardía como el siglo XIII. La construcción debe haber sido un esfuerzo – las paredes tienen casi dos metros de espesor.

Aunque Skellig Michael no fue pensado como tal, hay una ermita en la isla, distinta del monasterio. Como si una roca en el Atlántico no estuviese suficientemente aislada esta forma extrema de retiro proporcionó a esos monjes que deseaban contemplar lo divino en el aislamiento completo la oportunidad de hacerlo.

La vida cotidiana y sus demandas tenían también que ser tomadas en cuenta y por ello hay una letrina en la isla, la cual está situada sobre una brecha enorme en la roca para asegurar que las aguas residuales cayesen al fondo. También están los restos de un jardín, que los monjes usaban para cultivar vegetales esenciales.

Hay evidencia de que Skellig Michael sobrevivió a varias incursiones vikingas en el siglo IX, especialmente en 823, aunque es cuestionable lo que los norteños visitantes habrían esperado saquear. Tan sólo cabe imaginar el temor que de los monjes aislados y prácticamente indefensos deben haber sentido ante la visión de un barco vikingo aproximándose.

Se piensa que una anomalía climática conocida como la Pequeña Edad de Hielo hizo aún más dura la vida en el lugar y podría haber causado que los monjes se mudasen al monasterio agustiniano de Ballinskelligs, en la cercana costa irlandesa en el siglo XII.

El fenómeno turístico es algo presente en la isla desde el 1500, tanto es así que, e1986, se iniciaron trabajos de restauración en Skellig Michael y se estableció una oficina de turismo asociada con la isla; llevando recientemente por miedo al deterioro del monasterio debido a las pisadas de los pies de los turistas a que se tomase la decisión de restringir severamente el número de visitantes a la isla. 13 licencias son dadas a los operadores turísticos anualmente y cada uno sólo puede hacer un único viaje a la roca.

Recientemente un equipo de arqueólogos ha descubierto la existencia de otro asentamiento, casi inaccesible y probablemente para una única persona, en el pico más alto de la isla. El complejo monástico de Skellig Michael fue incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1996.

Se cree que nunca hubo más de una docena de monjes, más o menos, en la isla al mismo tiempo, más un abad. Aunque sea una pena el abandono de la isla por parte de los monjes, en muchos aspectos éstos le hicieron al resto del mundo un favor. Es poco probable que lo que vemos ahora en la isla hubiera permanecido intacto si la ésta hubiera seguido estando poblada. Su abandono aseguró su supervivencia.

Una pequeña isla pero llena de rincones que ver, ¿no te lo crees? echa un vistazo a estas otras fotos en Flickr 😉

Vídeos de Skellig Michael



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