PLTD Apung 1
A menos de un kilómetro del Museo del Tsunami de Banda Aceh, Indonesia, se alza otro monumento que transmite el verdadero poder de la naturaleza que se desató el 26 de diciembre de 2004. Se trata de un gran barco generador diésel flotante que fue arrastrado tierra adentro por el tsunami y quedó varado en medio de una zona residencial de la ciudad. Conservado en este lugar, el barco sirve de monumento duradero a los estragos causados por la devastación del tsunami.

El tsunami alcanzó la costa de Aceh, en el oeste de Indonesia, unos 20 minutos después del terremoto. Banda Aceh, que era la ciudad importante más cercana, fue la más afectada. Testigos oculares locales describieron la llegada del tsunami en tres grandes olas. La primera ola fue suave, subiendo sólo hasta los cimientos de los edificios. Le siguieron dos grandes «muros de agua» que se desplazaron tierra adentro destruyendo todo lo que se interponía en su camino. La segunda ola fue la mayor, y arrastró consigo varios cargueros y barcazas, que quedaron varados cerca de la costa. Una de las barcazas fue arrastrada lejos hacia el interior.
Ese barco era el PLTD Apung 1, una barcaza generadora de energía de 2.600 toneladas que estaba atracada en el puerto Ulee Lheue de Banda Aceh cuando se produjo el desastre. El tsunami levantó el barco y lo depositó a unos 2 ó 3 kilómetros tierra adentro, donde se estrelló contra dos casas y mató a sus habitantes. Se cree que estas víctimas siguen bajo el barco, aplastadas junto con sus casas.
Tras la retirada de las aguas, este barco se convirtió en uno de los símbolos del desastre y en una de las primeras atracciones para los visitantes. La gente acudía a ver este espectáculo inverosímil para hacerse una idea de las enormes fuerzas que actuaron durante el tsunami. En vez de desguazar el barco y llevárselo pieza a pieza, se decidió dejarlo en su lugar de encallamiento.
En 2012, el lugar se convirtió en un parque temático del tsunami con un monumento conmemorativo, un atractivo terreno y rampas que recorren las casas dañadas por el tsunami. Se puede subir al barco hasta la cima, desde donde se tiene una gran vista de la ciudad.



A poca distancia, hay un par de barcos más, pero más pequeños, que también fueron arrastrados por las inundaciones y depositados tierra adentro. Entre ellas hay una barca de madera de pescador que sigue alojada en lo alto de un tejado. La llamada «barca en el tejado» resultó ser una bendición para los habitantes de la zona, ya que ninguno de ellos sabía nadar. 59 personas se refugiaron en la barca mientras el agua del mar arrasaba todo a su alrededor. Hoy, la barca es venerada como una especie de arca de Noé.


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