Estatua de Charles Dickens inaugurada pese a la prohibición del autor

Estatua de Charles Dickens

Si alguna vez te has preguntado por qué no hay alguna estatua de Charles Dickens en el Reino Unido, tiene una explicación bastante sencilla, el novelista más famoso del país lo prohibió expresamente en su testamento.

Sus palabras exactas fueron «I conjure to my friends on no account to make me the subject of any monument, memorial or testimonial whatsoever. I rest my claims to the remembrance of my country upon my published works.» Que vendría a ser algo así como que hacía un llamamiento a sus amigos para que en ningún caso le hiciesen ningún tipo de monumento, memorial o testimonio de cualquier tipo y que fuese recordado por su país solo por sus obras.

Sin embargo, los buenos ciudadanos de su ciudad natal, Portsmouth, se han arriesgado a una aparición del tipo de Jacob Marley presentando una estatua de bronce del autor en lo que habría sido su 202 cumpleaños.

Sin embargo, la estatua tiene la aprobación de muchos de los descendientes de Dickens entre ellos uno de los más jóvenes, Oliver Dickens, (con solo 9 años uno solo puede preguntarse cuantas veces pedirá asistir a más 🙂 ) al que puedes ver en dos de estas imágenes (¡y que presenta un obvio talento cuando se trata de sesiones fotográficas!) De hecho, dos de los tataranietos del novelista, Ian y Gerald Dickens, ayudaron a reunir el costo de £150.000 (250.000 dólares EE.UU.) de la estatua.

Creado por el escultor establecido en Oxfordshire, Martin Jennings, la -ciertamente muy sutil- estatua tiene a Dickens reclinado pensativo en una pila de sus propias obras. Jennings tiene cierta reputación literaria, habiendo reproducido previamente a John Betjeman y Philip Larkin.

Si has estudiado o has leído algo de Dickens (o en el caso de los menos lectores alguna adaptación de sus obras al cine) seguramente admirarás este tipo de estatuas, a pesar de los deseos del propio autor contra tal tipo de monumentos. Captura tanto su capacidad de preocuparse profundamente sobre temas sociales, traducir sus pensamientos en historias altamente legibles y maravillosas y – no menos importante – la naturaleza prodigiosamente prolífica de su talento.

Por lo menos la gente de Portsmouth ha esperado un par de siglos para romper las estipulaciones de Dickens. Inmediatamente después de su muerte en junio de 1870, se tuvieron en cuenta sus deseos expresos. Dickens deseaba ser enterrado en un tranquilo cementerio Inglés – él consiguió un lugar privilegiado en la abadía de Westminster. No solo eso, en lugar de la despedida estrictamente privada que quería, la tumba abierta de Dickens fue vista por cientos de miles de personas dentro de la abadía.

Sin embargo, si alguna vez visitas Guildhall Square en Portsmouth para admirar la estatua, recuerdas algo sobre tu obra favorita del señor Dickens y sientes un toque fantasmal en tu hombro, no te sorprendas. ¡El espectral autor bien puede estar a punto de castigarte por desobedecer sus últimas órdenes!

Gracias a Sue Lowry (aka MagellanPR) por su permiso para compartir algunas sus fotografías. Recuerda ver el resto de sus increíbles fotos de la estatua de Charles Dickens en su galería de Flickr o a continuación, y visita también el resto de sus galerías porque tiene imágenes fantásticas. ¡También al resto de fotógrafos por sus imágenes!

Y siempre puedes visitar Flickr para ver si encuentras alguna otra instantánea interesante de la estatua de Charles Dickens 😉

Vídeos de la Estatua de Charles Dickens

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