Kandovan y sus casas cueva
Los actuales habitantes de las cuevas tallan casas elaboradas de escombros volcánicos
Escondido en la remota esquina noroeste de Irán existe un pueblo donde los residentes viven hoy en día como modernos habitantes de cuevas. Los residentes actuales de Kandovan, un pueblo turístico en la provincia de Azerbaiyán Oriental, afirman que su pueblo tiene más de 700 años de antigüedad. Fue creado, dicen, cuando aquellos que huían del avance del ejército mongol fueron a las cuevas para esconderse. Las casas se conocen como «karan» en el dialecto local de turco, una palabra que se traduce aproximadamente como el plural de colmena.
El pueblo de Kandovan tiene un aspecto inusual que se asemeja a una gigantesca colonia de termitas más que a cuevas tradicionales. Las estructuras se formaron por las cenizas y los escombros del ahora latente Monte Sahand cuando el volcán entró en erupción en algún momento de los últimos 11.000 años. A lo largo de miles de años, la ceniza se endureció y fue tallada por los elementos. En la región circundante, la ceniza cubrió la tierra en un patrón más tradicional.
Con los años, la gente de la aldea han ampliado sus residencias. Ahora, la mayoría de las viviendas cueva tienen de dos a cuatro pisos completos con salas de estar, una sala de almacenamiento y un refugio de animales. Muchas tienen porches, ventanas, puertas y escaleras talladas en la roca.
Las cuevas son algunas de las casas más eficientes energéticamente hablando en la Tierra, con la roca proporcionando un aislamiento adecuado para mantener los interiores cómodos durante toda la larga temporada de frío. Las casas también se mantienen frescas en el verano, ¿todo un chollo verdad?
La vida en las calles de Kandovan no dista mucho a la de cualquier otra ciudad, si te das una vuelta por sus intrincadas calles, quizás veas a sus niños jugar despreocupadamente o a sus habitantes en sus quehaceres diarios, como si de una postal detenida en el tiempo se tratase.
Y aunque no parece ser una ciudad llena de lujos es muy posible que más de uno y de una se sienta atraído por estas curiosas edificaciones; quien sabe si tendrán algo que envidiar a las de las modernas urbes…
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